Max es de raza, así que recibimos cientos de solicitudes para su adopción y, aunque parezca imposible, ¡insultos por parte de personas que no estaban de acuerdo con nuestro protocolo de adopción! De hecho, cuando les proponíamos otro perro del mismo tamaño y edad no nos volvían a contestar más, y nos llegaron a acusar de estafadoras… ¡SIN PALABRAS!
Cuando se decide adoptar, tiene que ser con la cabeza y con el corazón, no dejándose guiar por el capricho de una foto bonita.
¡Max ya está con su familia definitiva, y esperamos que sean felices para siempre!