La de Manchito fue una adopción muy especial: llegó ya muy viejiño y con muchísimo miedo. Lo sacamos de la perrera pero tuvimos que llevarlo a una residencia porque no teníamos hueco para él en las casas de acogida. Y durante dos años estuvo en varias residencias… pero cuando ya habíamos perdido la esperanza de poder encontrarle un hogar sucedió el milagro y una familia de Alicante se enamoró de él. ¡Ahora vive feliz en el levante, disfrutando de los mimos y el calorcito!